
Le dedico esta entrada a tod@s l@s amig@s blogueros con quienes me veo en la necesidad de preguntarle consistentemente: “Y eso, ¿qué significa? También se la dedico a aquellos a quienes me he visto obligada a decirle: “Ni se te ocurra decir eso acá. Usamos la misma palabra, pero que no se te zafe en público”.
Mi Amigocha mexicana y yo pensamos hacer el “Diccionario de lo que no se dice”. Pero entonces, ¿Cómo lo decimos?
Nada, que voy a jaltalme un jugo de china y parcha, con unos piononos de jueyes, par de surullos rellenos de queso y pa’ terminal un chin de tembleque con un corta’o. Me monto en la guagua a las millas de chanflán y el que venga atrás y se enconche, que se muerda un codo. A estas alturas… a mí, plín. No me pueden culpar si me gustan los limbers de fresa. Por siaca piso todo con un pitorro antes de seguir con estas chocheras. Porque no voy a jugar a tumbame la pajita.