
En vez de premiarme, Mr. Blogger (sí, es macho), me castigó por mi adicción al Internet. Fue un golpe bajo que me castigó por donde duele: 1. Mi humillación al dar a conocer sobre mi adicción; y, 2. ¡Al hablar de lo que me gusta de la gente!
Mr. Blogger se pasó de la raya. Por eso lo acuso públicamente de atentar contra mis 238 amigos/seguidores/visitantes. El 31 de marzo del año pasado confesé ser miembro de Adictos Anónimos al Internet (AAI)… claro, fue como escupir pa’ rriba. Al final de la desgraciada narración de esa entrada… admití lo que pasa, cuando se empieza en negación de una adicción.
Pues el Mr. Blogger desgraciado (en este caso que quiere decir mucho más que “sin gracia”), dejó de avisarme cuando mis amigos/seguidores/visitantes comentaban para darme ánimo y confesarse Aspirantes a la Membrecía (AM de la AAI).
Así las cosas, públicamente le pido excusas a Cuetz, Abuela Cyber, Poseidón, Siluz, Meg, Florita, Margarita, Carlos Augusto Pereira Martínez, Ilusión, Ely, Fabiana y todavía.
Aprovecho para darle las gracias a un/a Anónim@. Su mensaje fue la alarma/aviso; y cuando llegué a contestarlo, ¡me percaté que eran 14 comentarios!
No conforme con esa travesura de mal gusto, Mr. Blogger repitió la hazaña en marzo de este año, cuando hablé maravillas de mis amigos y lo que "Me gusta la gente" en “Canción de Domingo”.
Aquí, mis excusas públicas incluyen a emejota, Ivianelle, Ana Laura, todavía, Soñadora, socias, Bren, Cuertz, Abuela Frescotona, Nancy, y mi Amigocha Bienque.
Lo que procede es ir al escritorio, a ver cuántos comentarios de otras entradas no se han contestado por falta de aviso. Sepan que siempre los contesto uno a uno.
Besos a granel, abrazos apretados y ¡culpen a Mr. Blogguer! Así lo dejo claro: en negritas y grandotas.