De niños hacíamos nuestras propias versiones de belenes en casa de mis padres. Recién casada y con los niños pequeños, procuré tener figuritas irrompibles y “tocables”. Según crecieron los muchachos, son más detallados delicados y complejos figuras y escenarios. Claro, a menor riesgo...
Hace 20 años que vivimos en la misma casa, y entre 10 a 12 que, transformo en un falso Belén, el falso jardín que hay debajo de la escalera. Por lo regular, desde octubre me aseguro tener el papel. La semana de Acción de Gracias seco la fuente y saco las plantas. Busco y pido toda suerte de cajas y las visto como “montañas”.
En el pelotón de trabajo siempre está mi hijo favorito -de los menores-, pero este año no viajó a casa durante esa semana. Tampoco lo pretendí. Yo también tuve 20 años. Mi hijo favorito –de los mayores- nunca ha sido muy belenesco, y a los 24 años no espero que se convierta en uno. Mi esposo tenía dolores de brazo y solo le pedí que enredara de luces el pino de Navidad. De manera que sin ayuda, y con mis limitaciones físicas, el tiempo pasaba y el belén no progresaba. El problema es que en casa, sin belén no hay Navidad (con mayúscula).
Mis sobrinos no podían estar (por los exámenes). Entonces, llegó mi único sobrino prestado. ¡Súper Alexito! Con un gorro apropiado para otros climas, siete años, mucha energía, y creatividad en cantidades industriales, hizo ríos y pequeñas charcas con escarcha azul y pega blanca. Busqué los interiores de más de 10 cajas plásticas perfectamente rotuladas y no encontraba las figuritas más pequeñas para enseñarle “perspectiva”. Mientras, se entretuvo haciendo “otras cosas”, como un mar de flores rosa brillante en pleno “desierto”.
“Se ven igualitos que los prados de lavandas en Francia”, le dije. En algún momento confirmará la licencia poética-gráfica-geográfica que se tomó su embelequera Titití al “confundir" el rosa brillante con el lavanda...
Sin embargo, estoy segura de que nuestro belén es más lindo que el de las monjas de los conventos que visitamos en ésta época. ¡Bravo Alexito!
(Foto por Cass)
8 comentarios:
Mi hermana, que bién que conseguite tener tu Belén!! El mio sigue en las cajas y con este frio no lo sé si van a salir de alla´!!!!!
Besitos
Flor
Y es que nada como la niñez para guardar no solo la energía si no el color y calor suficiente para derrochar esa imaginación por esta época decemb rina...
Un beso]!
Flor, todavía quedan 5 días para Navidad. Anímate!!!
Besos
Cierto Zully!
Especialmente si los energéticos son sobrinos...
Hola Sra. Cassiopeia, que bonito relato, y ya vi la lista de canciones, melodías, todas me gustan, solo que hoy no tengo bocinas; vine a visitarla, y espero que pase con armonía y alegría etas celebraciones de fin de año. NAMASTE.
Soy Blanca, del blog de Juan G.
Que lugar mas original para instalar el belen, la verdad es que siempre me gusto montarlo, pero desde que tengo sobrinos pequeños que son unos diablillos se me ha quitado un poco, me dura solo el tiempo que no entran por la puerta, despues menos en su sitio estan las fisguras espacircidas por todos sitios...que paciencia hay que tener...
Con cariño
Mari
Ay Mari!
Lo mejor de los sobrinos es que son sobrinos. Van y vienen y no se detienen.
Paz-ciencia con ellos, que crecen rapidito. Y déjales un área pequeña para que la armen y desarmen. y que no salgan de tu casa sin organizarla... al menos que el Niño Jesús esté en su sitio!
Besos
Blanca!!
No he vuelto a saber de de tí! Y eso, que paso con frecuencia con la casita de Juan!!
Bechitoz... para los dos!
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