En el idioma gringo se le dice “cat lover” a la persona que le gustan los gatos, o es “amante de gatos”; que no es lo mismo que ser “EL”, o “LA” amante de un gato. La especificidad de la frase no sería importante a no ser que esa persona viva con un “amante de perros”.
Entre maullidos y ladridos es difícil amar. Y escuchar música... porque la “voz cantante” siempre la llevará el perro con su diferencial en decibeles.
En ese escenario, a Cualquiera que se le podría ocurrir llegar a un acuerdo no verbal con la pareja de que por cada perro, haya dos gatos. El ratio de 2:1 de cola a cola puede ser posible si el amante de los gatos le da comida al perro cuando el amante de los perros sale de viaje; o si el amante de los perros hace otro tanto cada vez que ocho patas y dos rabos le rozan los jeans mientras ronroneando, lo dirigen hacia la ruta del plato.
La negociación puede proveer una buena cantidad de años en una especie de tregua animal. Entonces, ¿si el perro muere de viejo, y durante el periodo de vida canina la población felina ha aumentado?
A Cualquiera le puede suceder. Ningún perro es eterno. Pero por esta vez pregunto yo: ¿alguna sugerencia para evitar que mi pariente más cercano aparezca con otro perro ya que yo insisto en quedarme con los 3 gatos? ¿Traerá un perro y medio para honrar el “ratio”? ¿Cómo decirle a Duende José, Cleo y Whiskey que enamoren a mi esposo? YouTube me dio una idea. Ahora me falta conseguir el piano.
(Foto por Cass)
2 comentarios:
Me encantó es escrito. Con lo mala que esta la economía y lo curiosos (por no decir presentaos) que somos los boricuas voy a invertir en un piano para formar El Cuarteto Felino (o Felidae) con los míos y los tuyos. Me parece una fórmula ganadora. Comparto las ganancias 50:50.
Súper! ♪♪♪♪
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