Asterix y Obelix cumplieron 50 y se ven igualitos...

¡Por Tutatis! ¡Gracias Google! Esta manía del buscador de conmemorar fechas es un éxito. Homenajear en la página principal a mi futuro ex novio Obelix; y ver a su fiel amigo Asterix persiguiendo y pateando a un soldado romano -como acostumbra- ha sido genial. Definitivamente que me alegró la mañana.

Me ha servido para recordar las historietas, e incluso, la forma en la que se leían cuando eran ¡impresas en papel! A quienes hoy son los jóvenes adultos afortunados de haber tenido padres que gastaron una fortuna en las ediciones de Asterix y Obelix en carpeta dura, Google debería traerle bonitos recuerdos también (¡no sean ingratos, hijos míos!).

Espero que los muchachitos más jóvenes tengan la iniciativa de curiosear y pinchen el cursor en la ilustración estrellada. De hacerlo, entrarían al Front Page de Cultura del diariodeSevilla.es y conocerían a nuestros aguerridos galos. Si todavía les pica saber mas, están los Wikipedia/YouTube de la Vida y 18,000 sitios adicionales, incluidas las ilustraciones.

Los chicos de hoy deben alimentar el bagaje cultural relacionado con las ilustraciones cómicas. Tienen que saber que antes de los dibujos animados japoneses que los vuelven locos hoy día, hay toda una trayectoria. Además, que Benitín & Eneas; y Pedro Picapiedras & Pablo Mármol; Batman & Robin; y Superman & Superboy, no son los únicos dúos dinámicos de amigos en las tirillas cómicas.

Con Asterix & Obelix, Rene Goscinny y Albert Uderzo cambiaron la fórmula de “alto y flaco plus enano y gordito" que impuso Cervantes con Don Quixote y Sancho. Al enano flaco, con los pies en la tierra, lo hizo fuerte, a cuenta del poderoso brebaje del druida. A mi sexy Obelix... ingenuamente poderoso, comelón, bobolón e ingenuo.

Todavía recuerdo la cara de “qué le pasa a ella?” de mi esposo el día que me empeciné a que fuéramos a Parc Asterix. Después de una semana en la Ciudad Luz, ni la Mona Lisa me hacía gracia. Me molestaban los turistas japoneses chillando tenis en los museos. Ya conocía suficiente de la Torre Eiffel, Versalles y el Arco del Triunfo. Habíamos salido de los puntos obligados de París y después de ir bien vestidos a Le Soufflé, recorrimos viñedos con pan, paté y dos copas en un micro auto alquilado. Faltaba el Disney francés, que no es lo mismo que el Euro Disney.

Hoy, Parc Asterix no debe ser el mismo que visitamos. Seguro que lo remozaron. Al cumplirse los 50 de Asterix y Obelix, se anunció el lanzamiento de una nueva publicación llamada El libro de oro de Asterix. Aunque se anticipan historietas inéditas, pudiera ser que ni la poción del mejor druida haya logrado servir de elixir rejuvenecedor.

Los nuevos lectores probablemente no los vean con buenos ojos. Muchos tendrían que buscarse diccionarios para comprender lo que son druidas, jabalíes y menhires. ¿Los otros? Bueno, nosotros nos podremos remozar como Parc Asterix, pero no hemos logrado acceso a una poción mágica rejuvenecedora. Como ventaja, no tenemos que buscar el diccionario para reírnos a pata suelta de las locuras de esa pareja de galos pre Eiffel.